martes

6,7 y 8 de Agosto de 2010

El viernes por la mañana fue horrible. Resulta que el primer viernes de cada mes todo el “staff” tiene una especie de reunión que dura unas 2 horas. Y ¿quién se queda con los niños? La voluntaria, es decir, yo. Nunca más. Casi me cargo a un par. Cuidar a 8 niños de entre 2 y 6 años es imposible. Si encima te vacilan a más no poder, es una pesadilla. Acabé a gritos. Después de 3 horas, la profe de preescolar apareció finalmente y yo me fui directamente a hablar con la jefa.
Le dije que era la última vez que me hacían esto. Que había venido a sentirme útil y con la cantidad de cosas que podía hacer, desde limpiar, lavar, cambiar pañales, cocinar, o jugar con los niños, me parecía de vergüenza que me dejen con ellos tanto tiempo cuando saben perfectamente que me toman más como un juguete que como una profe. Me dijo que no me lo tomara en serio, que pedían atención a gritos, que la mayoría no tenía padres etc..Le conteste que es precisamente por eso que creo que no deberían hacerme esto. No es justo ni para mí ni para ellos. Les adoro, no me malinterpretéis. Incluso adoptaría a un par. Pero todos a la vez es imposible cuando no tienes autoridad. Y no es tampoco justo para ellos que me pasara las 2 horas gritando. No soy así con los pequeños y no pienso volver a hacerlo.

Después me relajé un poco con 3 de las chicas mayores (tienen entre 10 y 12 años) en el hospital. Cada vez tengo más confianza con ellas y te toman como una hermana mayor. Además me ayudan un montón con los peques porque ellas sí que tienen autoridad con ellos. Un solo grito y ni se mueven. Me pasé las 3 horas en el hospital jugando con ellas. Sin embargo, al final me quedé un poco preocupada porque una de ellas ha perdido 4 kilos en un mes y debido a eso el chequeo que les hacen de la sangre no fue muy positivo, lo que puede ser muy peligroso.
La última hora me la pasé con la sister del centro. Una mujer increíble. Me estuvo explicando las consecuencias médicas de estar infectado con VIH, y me dejó un par de libros (uno de ellos, escrito por ella!). Resulta que era una profesora muy conocida en Pretoria y Johanesburgo pero se tuvo que retirar antes de tiempo. Hace 15 años adoptó a un niño infectado con VIH, le dijeron que no viviría más de 1 año. El año pasado el chaval tuvo cáncer de huesos y tuvo que estar internado casi todo un año. Me contó que no es el tipo de madre que se puede ir a dormir a casa teniendo a su hijo en el hospital. Así que se retiró. Hace 8 meses trabajando en el hospital conoció una niña que con 4 meses pesaba 2.5 kilos. Le dijeron que no viviría. Ahora es su hija. Tiene un añito y parece que tiene un par de meses pero está sana y vivirá. Es una mujer extraordinaria.
Lleva vinculada con el centro desde hace 10 años y cuando este año le dijeron que la enfermera que tenían se iba, no lo dudó dos veces. Dudo que esté cobrando. Tiene unos 60 años e hijos naturales ya muy mayores. Adora a todos y cada uno de los niños del centro y ellos le quieren y respetan un montón, y eso que es blanca.

No sólo es un ejemplo a seguir como persona, sino que profesionalmente también. El método que ha desarrollado para que todos y cada uno de los niños tomen sus medicamentos todos los días 2 veces al día, es una pasada. La mayoría son antirretrovirales. Tiene todo perfectamente ideado. De vez en cuando le llaman para que dé alguna charla en la universidad, resulta que es toda una eminencia. Además, me explico cómo los niños del orfanato tienen muchas más posibilidades de sobrevivir y tener una vida normal que cualquier niño infectado en una familia pobre y numerosa donde el acceso y la constancia siguiendo los tratamientos deja mucho que desear. No es porque no se preocupen de los niños, es porque literalmente no pueden. Tienen mayores problemas como qué comer al día siguiente o cuidar de algún familiar con SIDA (normalmente los niños se infectan por contagio de algún familiar). Ir al hospital supone un día literalmente perdido haciendo colas. Y por último, seguir el tratamiento no es tan sencillo. El VIH es un tema tabú que socialmente supone rechazo automático. Por eso la información, la comprensión y el conocimiento son nulos. Y eso que desde el gobierno llevan varios años desarrollando una campaña de información y reparto gratuito de antirretrovirales.

En fin, es un panorama muy chungo. Sin embargo, conocer a gente como Joan, la sister del centro hace que no pierdas la esperanza. Y te anima a hacer mucho más. Por ahora, me ha dejado un par de manuales médicos sobre pediatría y VIH. Son un poco chungos para mí, pero algunos capítulos los puedo utilizar para mi tesis.

No obstante, a veces te entran ganas de tirar la toalla o matar a alguien. Joan me explicó como alguien del staff está robando las pastillas de los niños. De manera meticulosa y nada cantosa, sin embargo como lo tiene todo bajo control, no hay nada que se le escape. Joan tiene dos versiones, o bien alguna de las mamas tiene VIH (o alguno de sus hijos) y las roban para consumir, o bien hacen contrabando. Aquí la corrupción está al orden del día. El otro día mi “hermano” me explicaba cómo no hace falta pasar el examen de conducir o estudiar una carrera universitaria para tener el permiso o un título. Basta con tener dinero. Como lo oís. En cualquier oficina o despacho hay alguien corrupto. Es muy injusto. Sin embargo me parece mucho más fuerte lo de las pastillas de los niños. Sus vidas dependen de que tomen regularmente esas pastillas y son las mamas las que se las dan cuando las sister no está. Lo que significa que si cogen algunas pastillas, algún niño está recibiendo una dosis menor, lo cual puede ser fatal. De vergüenza.

Por ser un poco más alegre, os diré que mi finde genial. He cocinado la famosa receta de mi madre de pollo con nata (sí, he tenido que llamarla para asegurarme de no cagarla). Y les ha encantado. Además he comprado de todo para intentar hacer una verdadera tortilla de patatas. Os parecerá una chorrada, pero aquí cocinar es toda una aventura. He tenido que buscar aceite de oliva y comprar una sartén. Aquí todo se cuece. Cocinar con agua es mucho más barato. Además, cocinan en una especie de camping gas sobre una mesa súper coja. Con niños corriendo por la cocina de un lado para otro. Temo por sus vidas cada día. Y por la mía también. Resulta que hoy he hecho yo el arroz (toman arroz cada día pero siempre llego del trabajo y ya está hecho). Cuando lo he puesto a hervir he visto cómo había unas cosas negras que flotaban en el agua. Eran bichos. Resulta que como bichos todos los días y ni me había enterado. En fin, con lo feliz que era yo con mi arroz.

Por lo demás, he estado todo el finde en la calle, paseando, en el mall y en el parque. Me he dedicado a pasear un par de veces sola. Lo necesitaba. Con lo independiente que soy yo, me estaba asfixiando con tanto guardaespaldas. He descubierto que los findes por las mañanas todo el mundo está en la calle así que no hay peligro ninguno. Además, ya me conoce todo el mundo gracias a Ziggy y los demás amigos de la alemana. Se dedican a presentarme a todos y así, se aseguran que aunque vaya sola, todos me conocen.

Ayer fui a un cumpleaños de una señora que no conocía. Cumplía 50 años y todos (cuando digo todos es todos) estaban invitados. Parecía más una boda que un cumple. Habría más de 200 personas de todas las edades. La música a todo volumen y comida y bebida para todo el mundo. Me lo pasé muy bien. Me han dicho que espere al verano, que ya veré lo que son fiestas. En diciembre son las vacaciones escolares, es como nuestro agosto, sólo que la gente no tiene dinero para viajar y se queda en casa. Eso sí, fiestas de lunes a domingo. ¡qué ganas!

No hay comentarios:

Publicar un comentario