martes

19 de julio de 2010

Puff..han pasado sólo 5 días y tengo mil cosas que contar. Lo siento pero me voy a enrollar. La ocasión lo merece.
Veamos, después de mil horas de vuelo llegué a Johannesburgo donde pasé junto a otros voluntarios internacionales unos días en un albergue. Durante esos días más o menos te preparan para lo que va a ser el “gran shock”, sobre todo para los que íbamos a vivir en familias negras. Aprovecho para decir que aquí al que es negro se le llama negro y al blanco, blanco, sin tapujos ni cursiladas. De hecho al que llaman “de color” es una mezcla entre ambos.
Después de contarnos lo fundamental acerca de los peligros y curiosidades del país, el sábado me llevaron a Attridgeville. Es una especie de barrio-ciudad a las afueras de Pretoria, una especie de gueto, los llaman townships. Aquí la mayoría de la gente, por no decir la totalidad, hablan Sesotho (“zutu”). Lo cual es un problemilla ya que yo no entiendo ni papa. Eso sí, la gente es muy abierta, aunque todavía no distingo muy bien quién lo es por interés y quien es simplemente muy majo, yo por si acaso estoy un poco a la defensiva con los hombres, como me han recomendado. Los niños pequeños todavía no saben inglés ya que lo aprenden en la escuela, sin embargo no les parece que sea ningún problema para jugar conmigo igual y a mí tampoco.
Vivo en casa de la típica señora enorme negra africana, Mercy, la cual acoge a quien sea en su casa y las puertas están abiertas a todo el mundo. De hecho, todavía no he conseguido saber quién es familia y quien no, quién vive en casa y quién no. Pero calculo que unas 7 personas, 3 de ellos niños (más monos..). Esto es un ir y venir de gente constante, la gente entra, saluda, se queda a comer. Siempre hay comida para unas 10 personas o más. Cualquier hora es buena para meterse un platazo de comida con las manos, comida que no he visto en mi vida pero muy buena.
Yo duermo en una habitación sola, sin embargo eso no significa que tenga mucha intimidad. En la habitación en la que duermo (que no “mi habitación”, aquí todo se comparte..) entran y salen cuando quieren y sin llamar. El armario es de todos, de hecho a mí me han dejado libre una balda para que ponga mis cosas, así que todos entran a coger ropa, etc etc..Esto me ha costado entenderlo un par de días. Supongo que es lo más parecido que se me ocurre a una comuna hippie. Otra curiosidad es que la puerta del baño no se cierra, y cuando digo que no se cierra no me refiero a pestillo, sino que está rota y se abre, tienes que poner una toalla pillada en el marco de la puerta para que se sujete y así indicar que está ocupado…todo un show!!
Bueno, ni que decir tiene que soy la atracción blanca de todo el mundo. Por eso no me dejan ir sola a ninguna parte todavía, ni siquiera de día. Se dedican a pasearme para que la gente se habitúe y me identifiquen con mi “familia” para que en un par de semanas pueda ir sola a trabajar.
Hoy ha sido mi primer día de trabajo en el centro. Entro a las 8 y me voy a las 4 ó 5. Para que entendáis un poco, Mohau Center es una especie de orfanato o casa de acogida de niños infectados por el VIH o bien afectados por VIH/SIDA (esto significa que igual ellos no están contagiados pero alguien de su familia sí y no pueden hacerse cargo de ellos). El centro surgió debido a la cantidad de niños abandonados en el hospital por sus familias. Fue construido dentro del mismo terreno del hospital. De hecho, para acceder a él tienes que pasar el control de seguridad de la puerta y atravesar los distintos pabellones que lo conforman. No sabría muy bien cómo describir el hospital, sólo deciros que una trabajadora del centro dice que es horrible, la gente espera por el suelo de los pasillos incluso sí se está muriendo. Es uno de los “mejores” hospitales públicos de la zona y él más grande, según me han contado. La verdad es que impresiona.
Eso sí, la casa infantil es impresionante. Está toda decorada con dibujos y pinturas. Da la sensación de estar en un paraíso para niños, tienen un gran terreno con columpios, juegos, triciclos, carros, y una gigantesca cama elástica. Los cuartos son muy monos y cada uno duerme en una cama con la manta de la bandera de Sudáfrica. Tienen zonas comunes para ver la tele, hacer deberes, ordenadores (gracias Dios porque tienen internet, sino no podría estar escribiendo ahora mismo) etc. En total son 46 niños, de los cuales 41 están infectados. Hasta hace poco eran 47 pero uno se murió hace poquito según me han contado.
Bueno y ¿a qué me dedico? Pues yo entro a las 8 y soy una especie de profe auxiliar de preescolar. Tienen una clase chulísima y ahora les estamos enseñando a recortar. En total son 7 niños, pero estos días hay una que está en el hospital (es lo malo de estos niños, a la mínima que se ponen enfermos, tienen que estar hospitalizados porque puede ser peligroso..) y la otra pobre no se entera de la misa a la media. Resulta que la pobre es Zulú y aquí todos los demás son Sesotho , llegó hace un par de semanas y es la más pequeñita, casi 3 añitos.
Después de jugar, trabajar, comer (tienen que comer 7 veces al día, los mayores también, ya que debido al virus están muy por debajo del peso normal de los niños de su edad y la nutrición es fundamental) y lavarse las manos mil veces (otra cuestión sumamente importante para prevenir infecciones y contagios, la higiene) duermen los peques unas dos horas.
A las 14.30 llegan los mayores del cole, con sus uniformes azul cielo, limpios y planchaditos como nada. Aquí no importa lo poco que tengas que la higiene y la apariencia vistiendo es fundamental. Después de comer y jugar un rato, estoy con los mayores haciendo los deberes (me recuerda mucho a Pueblos Unidos o la Cruz Roja, es hacer lo mismo pero al otro lado del mundo).
Hoy voy a ir al “gimnasio”, está en el mismo complejo hospitalario. Resulta que un amigo de la familia es instructor de mil artes marciales y bailes africanos. He pensado en probar y si me gusta, ir asiduamente por dos razones: la primera, un poco de conocimientos en autodefensa no me viene mal y lo segundo, he conocido a una voluntaria alemana que se va dentro de un mes y en 10 meses ha engordado 10 kilazos… SAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!! Paso de tener otra experiencia tipo Nueva Zelanda que ya tengo cierta edad…
Bueno dejo de enrollarme, de todas formas no os penséis que voy a escribir tanto normalmente, es que no me quería dejar ninguna impresión sin contar, y como veis, ¡¡son muchas!!
Por cierto que ya no me llamo Rocío, ante la imposibilidad de pronunciarlo y sobre todo recordarlo, me han puesto un nombre africano: THATO, significa amor/sonrisa en Seshoto. Suena cursi, pero al menos me pueden llamar sin problemas. Eso sí, todavía me cuesta darme la vuelta cuando lo oigo.
Todo este rollo para contaros que:
1. Estoy viva.
2. Me tratan muy bien.
3. Y por el momento estoy encantada.

Porfa, escribidme contándome qué tal vosotros que no sabéis la ilusión que hace recibir un mail/sms/facebook comment.
Un besazo a todos/as!

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